Ana Rodríguez Seoane

Estoy afectada por una escoliosis en grado severo, con un pronóstico muy poco alentador en su evolución y recomendación médica de intervención quirúrgica, para fijar varias vértebras, a la que en principio no estoy predispuesta.

Conocí a Manu en las clases dirigidas de Metropolitan la Solana; fui alumna suya en una clase denominada «espalda sana», que seguí con regularidad mientras fue profesor en dicha instalación.

Esta clase era de carácter grupal, pero a consecuencia de su horario (9 de la mañana) no estaba excesivamente concurrida, con lo que resultaba un auténtico lujo disfrutar de sus clases en un centro de estas características, en la que inevitablemente está todo bastante masificado para poder dar una atención con una calidad mínima.

Estas clases tuvieron una frecuencia de 2 días a la semana, en ellas se hacían ejercicios de propiocepción, movilidad, fuerza, entrenamiento de la zona abdominal, lumbar, glúteos, etc. Todo bastante variado e adecuado a la edad de los participantes que, sin ser exclusiva de una franja determinada, era mayoritariamente de una población con una edad superior a los 60 años, aunque también venía gente más joven.

En estas clases siempre observé en Manu una seriedad en el cumplimiento riguroso de horarios y en la ejecución de ejercicios variados, intentando romper la monotonía inevitable de este tipo de clases.

Al mismo tiempo también tuve oportunidad de contratarle como entrenador personal para abordar ejercicios específicos relacionados con mi patología y en estas sesiones comprobé sus anteriores cualidades tanto en la seriedad, disciplina, horarios y atención, así como especialmente en la capacitación profesional aplicada muy específicamente a mi edad y condiciones físicas. Es muy técnico, pero explica siempre de una manera comprensible.

Es todo lo que tengo que decir sobre este excelente profesional a quien le deseo lo mejor, al cual le auguro un gran futuro profesional en centros especializados.