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INTRODUCCIÓN
CORE STABILITY: ha sido señalado como uno de los FACTORES CLAVE para la PREVENCIÓN y TRATAMIENTO del síndrome de DOLOR LUMBAR.
¿Qué entendemos por Dolor Lumbar (DL)?
Propuesta Para el Diseño de Programas de Readaptación Funcional en Población con Dolor Lumbar por Parte del Especialista en Ejercicio Físico.
J.R. Heredia-Elvar, V. Segarra, G Peña García-Orea, J. Aguilera Campillos, M. Sampietro, M. Moyano y M.E. Da Silva Grigoletto
Resulta importante dejar constancia del hecho de que al tratarse de algo tan complejo y específico como es el “dolor” y que el mismo puede ser el reflejo de una alteración en cualquiera de las estructuras, órganos o sistemas psico-biológicos, no es responsabilidad del profesional del ejercicio su tratamiento, ni mucho menos su análisis o diagnóstico. Esta responsabilidad recae en exclusiva en profesionales sanitarios. En este caso el profesional del ejercicio se responsabilizará de conocer la información existente en torno a la cuestión y, especialmente, una vez ha concluido la labor de los profesionales sanitarios en el diagnóstico y tratamiento primario (terapéutico), ser capaces de realizar las adaptaciones específicas en los programas de entrenamiento para garantizar no solo la consecución de los niveles de condición física que le permitan una óptima salud, sino de que ello suponga la capacidad de realizar las tareas propias de las AVD/AVDL y/o deportiva de una forma óptima.
AVD = Actividades de la Vida Diaría
AVDL = Actividades de la Vida Diaría Laboral
AVDD = Actividades de la Vida Diaría Deportiva
Una causa fundamental implica el debilitamiento de la musculatura del tronco y pared abdominal (Lee et al., 2014), por eso para mitigar el DL y mejorar la movilidad es habitual recomendar el fortalecimiento de estos músculos.
Sjölie y Ljunggren (2001) sugieren que una insuficiente fuerza y estabilidad en el raquis lumbar es un importante factor de riesgo del dolor lumbar crónico (DLC). El dolor lumbar inespecífico, no estructural, puede estar asociado a una excesiva fatiga en los músculos raquídeos (Benson y cols., 2002).
Chang et al. (2015) nos confirma que el entrenamiento del core es más eficaz que el entrenamiento de fuerza tradicional para aliviar el DLC. Igualmente, se confirmó que las diferentes estrategias del entrenamiento del core recogidas en esta revisión (ejercicios de estabilización raquídea estáticos, ejercicios de equilibrio del tronco y ejercicios de control motor) ayudaron en el alivio del DLC, y que se recomendaba centrar el entrenamiento de la musculatura profunda del core sobre el resto. Posibles limitaciones, pueden ser los instrumentos de medida utilizados en los ensayos para poder valorar objetivamente la mejora funcional y el DL en estos pacientes, ya que son complejos y a veces no lo suficientemente sensibles y fiables, lo que limita en parte el conocimiento y extrapolación de los resultados. Y si además, se combinan ejercicios de core junto con alguna otra forma de tratamiento físico (actividades aeróbicas, estiramientos, higiene postural, etc.), dificulta determinar el verdadero efecto de los ejercicios de estabilización del tronco per se. También es probable que el entrenamiento del core pudiera verse favorecido por la implementación de ese otro tipo de actividades físicas más genéricas y a priori inespecíficas, de forma que la incorporación de ejercicios del core en un programa de entrenamiento más global que incluyera otro tipo de ejercicios (de fuerza, de estiramiento y/o aeróbicos) pudiera ser la mejor estrategia a implantar.
Heredia, J.R et al. (2016) - Propuesta Para el Diseño de Programas de Readaptación Funcional en Población con Dolor Lumbar por Parte del Especialista en Ejercicio Físico.
La OMS señala que el dolor lumbar no es ni una enfermedad ni una entidad diagnóstica, sino que se trata del dolor de duración variable en la espalda, y que alrededor del 70-80% de las personas presentará en alguna etapa de su vida (Dillingham, 1995).
Heredia, J.R et al. (2016) - Propuesta Para el Diseño de Programas de Readaptación Funcional en Población con Dolor Lumbar por Parte del Especialista en Ejercicio Físico.
Por su parte, Young y cols., 1997 señalan que el 90% de las personas tienen DL alguna vez en su vida, y el 40% de estos casos se hacen crónicos. Lee y cols. (2001) afirman que la prevalencia es del 60%, siendo más frecuente en personas con trabajos de mayor demanda física, que implican elevaciones frecuentes de cargas, y que tienen una inadecuada condición física.
Pérez S. et al (2006); Papageorguiou AC et al (1995) confirman que entre el 70 y el 85% de las personas lo padecen en algún momento de su vida, con un ascenso entre los 45-59 años de edad, aunque solo un 14% sufrirá un episodio que durará más de 2 semanas.
Pérez S, Mártinez de la Eranueva, Ruiz A, Aizpuru F, Iturgaiz MJ. Impacto sanitario, económico y social del dolor lumbar en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Investigación Comisionada Vitora-Gasteiz Departamento de Sanidad, Gobierno Vasco, 2003 Informe nº: Osteba D-03-03 2006.
Papageorgiou AC, Croft PR, Ferry S, Jayson MIV, Silman AJ. Estimating the prevalence of low back pain in the general population. Evidence from the South Manchester Back Pain Survey. Spine 1995; 20:1.889-94.
Las alteraciones raquídeas y, en concreto, las algias lumbares se han incrementado hasta ser consideradas un problema de salud mundial (Nissan y cols., 1999).
Un episodio agudo de algia lumbar se resuelve en unas 2-4 semanas en el 90% de las personas. En el siguiente año, el dolor se cronifica en un 60-80% de los sujetos (Hides y cols., 1996).
La prevalencia anual en la población adulta oscila, según diferentes estudios, entre el 22 y el 65%. En un 7,7% de adultos puede persistir clínicamente como una lumbalgia crónica.
Pérez I, Alcorta I, Aguirre G. Guía de práctica clínica sobre lumbalgia. Osakidetza. GPC 2007/1. Vitoria-Gasteiz.
Grupo Español de Trabajo del Programa Europeo COST B13. Guía de práctica clínica para la lumbalgia inespecífica. URL: www. Reide.org.
Walker BF. The prevalence of low back pain: a systematic review of the literature from 1966 to 1998. J Spinal Disord 2000; 13(3):205-17.
Carmona L, Ballina J, Gabriel R, Laffon A. The burden of musculoskeletal diseases in the general population of Spain: results from a national survey. Ann Rheum Dis 2001; 60(11):1.040-5.
Hoy D, Brooks P, Blyth F, Buchbinder R.The Epidemiology of low back pain. Best Pract Res Clin Rheumatol 2010 Dec; 24(6):769-81.
Hoy D, Bain C, Williams G, March L, Brooks P, Blyth F, Woolf A, Vos T, Buchbinder R. A systematic review of the global prevalence of low back pain. Arthritis Rheum 2012 Jun; 64(6):2.028-37. doi : 10.1002/art.34347. Epub 2012 Jan 9.
CLASIFICACIÓN EN LA LUMBALGIA
Según el tiempo de duración del dolor, la lumbalgia se clasifica en (Pérez et al, 2007):
Aguda: dolor de menos de 6 semanas.
Subaguda: dolor de 6-12 semanas.
Crónica: más de 12 semanas con dolor.
Recurrente: lumbalgia aguda en paciente que ha tenido episodios previos de dolor lumbar en una localización similar, con periodos asintomáticos de más de 3 meses.
Pérez I, Alcorta I, Aguirre G. Guía de práctica clínica sobre lumbalgia. Osakidetza. GPC 2007/1. Vitoria-Gasteiz.
Grupo Español de Trabajo del Programa Europeo COST B13. Guía de práctica clínica para la lumbalgia inespecífica. URL: www. Reide.org.
Weiser S, Rossignol M. Triage for nonspecific lower-back pain. Clin Orthop Relat Res 2006; 443:147-55.
Waddell G. Diagnostic triage. In: Churchill Livingstone, editor. The back pain revolution. London: Elsevier, 2006; 9-26.
La mayoría de DL agudo se resuelve a lo largo de 4 semanas aunque es bastante frecuente la recurrencia (Croft et al., 1995), correspondiendo la mayor parte de los casos de lumbalgia a causas mecánicas y/o musculo-esqueléticas de la columna vertebral con inicio más frecuente a partir de los 30 años.
Las patologías de la columna lumbar tienen una alta prevalencia en nuestra sociedad y un enorme coste sociosanitario (Gómez-Conesa y Valbuena Moya, 2005). Por otro lado, Tanaka y cols. (2001) indican que el dolor raquídeo representa un gasto considerable en las sociedades industrializadas, siendo una de las causas más frecuentes de atención primaria, la segunda razón más frecuente de baja laboral, y uno de los problemas más citados al analizar la pérdida de horas de trabajo. Porcentaje que se llevan las bajas de lesión lumbar en este análisis del 2010, ¡POR ENCIMA DEL 73%! Esto es preocupante, ¿Estamos haciendo algo mal? ¿Es solo cosa del destino, la edad, la genética…? o como dice el Dr. Stuart McGill, ¿nos merecemos nuestro dolor de espalda por no cuidarla como es debido?
En un estudio realizado por Jette (Jette AM, Davis KD: “A comparison of hospital-based and private outpatient physical therapy practices”, Phys Ther 74:366,1991), más del 60% de los pacientes dados de alta en una clínica de fisioterapia habían sido tratados de dolor músculo esquelético (DME); el 25%, de Dolor Lumbar; aproximadamente el 12% de dolor cervical; 12% de dolor de hombro; y otro 12% de dolor de rodilla o cadera. Por lo que la prevalencia de pacientes con DL en fisioterapia concuerda con el hallazgo de que la región lumbar es la zona más frecuentemente afectada por DME.
¿Sabemos realmente que estragos puede ocasionar el DL?
«El DL es una de las causas principales en el ausentismo laboral»
Estudios que compararon la respuesta de los músculos del tronco en pacientes con DLC y personas asintomáticas, ¿cuáles fueron los resultados?
Uno de los resultados mostró una mayor latencia en la respuesta muscular de los pacientes con dolor lumbar ante fuerzas externas e internas; es decir, que no se manifiesta en los momentos oportunos.
Por otro lado, se dio a conocer un menor control postural tanto de pie como en sedestación. Un inadecuado ritmo lumbo-pélvico, siendo probable la tendencia a flexionar de más la columna lumbar.
Así que con base en los resultados de los estudios referidos, se considera que el déficit en el control neuromuscular de la estabilidad del tronco es un factor de riesgo de lesión del raquis lumbar, aunque es difícil establecer si estas deficiencias son causa o consecuencia de la lesión lumbar.
Radebold A, Cholewicki J, Panjabi MM, Patel TC. Muscle response pattern to sudden trunk loading in healthy individuals and in patients with chronic low back pain. Spine. 2000;25(8):947–54.
Reeves NP, Cholewicki J, Milner TE. Muscle reflex classification of low-back pain. J Electromyogr Kinesiol. 2005;15(1):53–60.
Hodges PW, Richardson CA. Delayed postural contraction of transversus abdominis in low back pain associated with movement of the lower limb. J Spinal Disord. 1998;11(1):46–56.
Hodges PW, Richardson CA. Inefficient muscular stabilization of the lumbar spine associated with low back pain. A motor control evaluation of transversus abdominis. Spine. 1996;21(22):2640–50.
Ham YW, Kim DM, Baek JY, Lee DC, Sung PS. Kinematic analyses of trunk stability in one leg standing for individuals with recurrent low back pain. J Electromyogr Kinesiol. 2010;20(6):1134–40.
Sung PS, Yoon B, Lee DC. Lumbar spine stability for subjects with and without low back pain during one-leg standing test. Spine. 2010;35(16):E753–60.
Radebold A, Cholewicki J, Polzhofer GK, Greene HS. Impaired postural control of the lumbar spine is associated with delayed muscle response times in patients with chronic idiopathic low back pain. Spine. 2001;26(7):724–30.
Van Dieen JH, Koppes LL, Twisk JW. Low back pain history and postural sway in unstable sitting. Spine. 2010;35(7):812–7.
Borghuis J, Hof AL, Lemmink KA. The importance of sensory-motor control in providing core stability: Implications for measurement and training. Sports Med. 2008;38(11):893–916.
Zazulak B, Cholewicki J, Reeves NP. Neuromuscular control of trunk stability: Clinical implications for sports injury prevention. J Am Acad Orthop Surg. 2008;16(9):497–505.
¿Qué tendrá que ver la estabilidad del core con las rodillas de las mujeres atletas?
El Ligamento Cruzado Anterior (LCA), ¡¡¡lesión tan temida por tantas atletas!!! Resulta que el core stability también es un factor destacado en la prevención de lesiones en los MMII. Partiendo que las mujeres atletas corren mayor riesgo de lesión del (LCA) que los atletas masculinos en los mismos deportes de alto riesgo, veremos que la disminución del control neuromuscular del core puede comprometer la estabilidad dinámica de la rodilla.
Estudios prospectivos realizados por Zazulak et al. mostraron correlaciones entre diversos factores relacionados con el control neuromuscular de la estabilidad del tronco (desplazamiento del tronco ante una fuerza externa, control propioceptivo de la posición del tronco, historia de DL, etc.) y lesiones deportivas ocurridas durante un periodo de 3 años en diferentes estructuras de la rodilla, principalmente en mujeres deportistas.
Asimismo, en un estudio realizado con jugadores de baloncesto y corredores de cross, Leetun et al. encontraron que la fuerza de los rotadores externos de la cadera (variable relacionada con el concepto de core strength) fue un predictor de lesiones en los MMII a lo largo de una temporada, encontrándose déficits en abducción máxima de cadera y fuerza de rotación externa en mujeres atletas con dolor patelofemoral. No obstante, es necesario realizar estudios de intervención para profundizar en la relación entre déficits de core stability y/o core strength y el riesgo de lesión en las extremidades, ya que los estudios transversales y de cohortes no permiten inferir si ha existido o no causalidad.
Mirad lo que predice la vidente con unas solas pasadas en la bolita mágica ante una atleta con déficit en la estabilidad del core, ¡o pones en marcha el mecanismo del Core o corres un gran riesgo de lesionarte en la rodilla!
Además de los posibles beneficios del desarrollo del core stability sobre la prevención de lesiones en el aparato locomotor, autores como Kibler et al. sugieren que es posible optimizar el rendimiento de los deportistas, a través del desarrollo de la parte central de las cadenas cinéticas implicadas en la mayoría de las acciones deportivas, facilitando la transmisión de las fuerzas, generadas por los miembros inferiores, hacia los miembros superiores y viceversa.
Se ha demostrado en estudios electromiográficos que la activación de los músculos del tronco precede a la activación de los músculos que movilizan las extremidades, lo que ha sido interpretado como una forma de crear una base estable para el movimiento de los miembros. Este fenómeno es lo que se denominó «proximal stability for distal mobility». Asimismo, teniendo en cuenta que la parte superior del cuerpo constituye las 2 terceras partes del peso corporal total y que esta masa se encuentra generalmente elevada en relación con el suelo, un control adecuado de los movimientos y la postura del tronco, es considerado un factor importante para el equilibrio corporal, capacidades que son claves para el rendimiento en muchos deportes.
Core stability. Concepto y aportaciones al entrenamiento y la prevención de lesiones
Zazulak BT, Hewett TE, Reeves NP, Goldberg B, Cholewicki J. Deficits in neuromuscular control of the trunk predict knee injury risk: A prospective biomechanical-epidemiologic study. Am J Sports Med 2007;35(7):1123–30.
Zazulak BT, Hewett TE, Reeves NP, Goldberg B, Cholewicki J. The effects of core proprioception on knee injury: A prospective biomechanical-epidemiological study. Am J Sports Med. 2007;35(3):368–73.
Leetun DT, Ireland ML, Willson JD, Ballantyne BT, Davis IM. Core stability measures as risk factors for lower extremity injury in athletes. Med Sci Sports Exerc. 2004;36(6):926–34.
Jamison ST, McNeilan RJ, Young GS, Givens DL, Best TM, Chaudhari AM. Randomized controlled trial of the effects of a trunk stabilization program on trunk control and knee loading. Med Sci Sports Exerc. 2012;44(10): 1924–34.
Kibler WB, Press J, Sciascia A. The role of core stability in athletic function. Sports Med. 2006;36(3):189–98.
Hodges PW, Richardson CA. Contraction of the abdominal muscles associated with movement of the lower limb. Phys Ther. 1997;77(2):132–42.
En 2006, Kibler et al. publicaron un artículo sobre el rol del core stability en la función atlética, en el que consideraron como pieza fundamental la estabilidad de la zona central para una eficiente función biomecánica con el fin de maximizar la generación de fuerza y minimizar las cargas conjuntas.
La estabilidad de la zona central es un componente importante para controlar eficientemente los movimientos de la columna vertebral.
Definieron el Core Stability como la capacidad para controlar la posición y el movimiento del tronco sobre la pelvis, permitiendo una óptima producción, transferencia y control de fuerza y movimiento hacia los elementos distales o terminales de las cadenas cinéticas desarrolladas en actividades atléticas o deportivas.
Esto da como resultado una “estabilidad proximal para la movilidad distal”, con el fin de mover y proteger las articulaciones distales.
El Core Stability crea varias ventajas para la integración de los segmentos proximales y distales en la generación de y control de fuerzas para maximizar el rendimiento deportivo. Los músculos más grandes y voluminosos del tronco crear un cilindro rígido y un gran momento de inercia contra las perturbaciones, al tiempo que permite una base para la movilidad distal.
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