La estabilidad del tronco es como los cimientos de una casa: si los cimientos no son sólidos, la casa entera puede sufrir daños. De la misma manera, si no se trabajan los músculos centrales del tronco (resistencia y estabilidad del Core), nuestro cuerpo entero puede resentirse.

Ahora bien, no todo vale a la hora de prevenir lesiones y/o diseñar un programa de readaptación físico-deportiva. Debemos ser conscientes que cada persona es diferente, por lo que una mala selección de ejercicios y dosis del entrenamiento podrá perjudicar en mayor medida la salud de tu espalda.

La evidencia nos ha demostrado que la estabilidad del tronco es fundamental para la prevención de lesiones en la columna vertebral. De hecho, la falta de estabilidad del tronco se asocia con dolor lumbar o, incluso, lesiones de miembros inferiores.

McGill, S. M. (1998); Kibler, W. B., Press, J., & Sciascia, A. (2006)

Además, la estabilidad del tronco es como un centro de gravedad en constante movimiento. Cuando estamos parados, caminando o realizando cualquier tipo de actividad física, nuestro centro de gravedad se desplaza. Sin una buena estabilidad del tronco, corremos el riesgo de perder el equilibrio y caer.

Los ejercicios que ayudan a fortalecer los músculos centrales también son similares a los entrenamientos de levantamiento de pesas. Al igual que levantar pesas fortalece los músculos de nuestros brazos y piernas, los ejercicios de estabilidad del tronco fortalecen la musculatura que conforma el Core (no solo abdomen y lumbar, incluyendo tanto glúteos, dorsales, musculatura profunda…).

Un tronco estable también es como un amortiguador natural para nuestro cuerpo. Cuando caminamos o corremos, nuestro cuerpo experimenta impactos repetidos contra el suelo. Una buena estabilidad del tronco permite a nuestros músculos absorber estos impactos y proteger nuestra columna vertebral.

La estabilidad es capaz de ayudar en la reducción de las fuerzas de corte dirigidas hacia la columna lumbar a través de la preservación de la función muscular del tronco equilibrada y la postura del cuerpo adecuada.

Bibliografía:

1. Hodges, P. W., & Richardson, C. A. (1997). Contraction of the abdominal muscles associated with movement of the lower limb. Physical therapy, 77(2), 132-142.

2. Kibler, W. B., Press, J., & Sciascia, A. (2006). The role of core stability in athletic function. Sports Medicine, 36(3), 189-198.

3. Akuthota, V., & Nadler, S. F. (2004). Core strengthening. Archives of Physical Medicine and Rehabilitation, 85(3), S86-S92.

4. McGill, S. M. (1998). Low back exercises: evidence for improving exercise regimens. Physical Therapy, 78(7), 754-765.

5. Spernoga, S. G., Uhl, T. L., & Arnold, B. L. (2001). Trunk muscle recruitment patterns during the prone leg extension following a lumbar destabilization intervention. Spine, 26(23), E545-E551.

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