Contextualización

Estudio de caso tomado de Joyce y Lewindon (2022). Prevención y rehabilitación de lesiones deportivas.

💪 ¡De vuelta al juego! Conoce un caso real de Return to play de un jugador de balonmano que tras lesionarse en el propio proceso de rehabilitación se convirtió en una oportunidad para mejorar su rendimiento. 🏆

🤾‍♂️ En este estudio de caso se ofrece una descripción detallada del proceso de rehabilitación de un jugador de balonmano masculino que sufrió una ruptura del tendón de los isquiotibiales, 18 semanas antes de los Juegos Olímpicos. Este caso resalta la importancia de la rehabilitación dirigida a la mejora de la fuerza y ​​la capacidad funcional del grupo muscular afectado, específicamente los isquiotibiales, y su impacto en la estabilidad de la rodilla durante la rehabilitación de una lesión del ligamento cruzado anterior (LCA).

Cuestiones:

  • Un jugador de balonmano se lesiona 18 semanas antes de los Juegos Olímpicos. ¿Qué decisión crucial toma para aumentar sus posibilidades de competir? 🤔
  • ¿Por qué el fortalecimiento de los isquiotibiales fue clave en su rehabilitación? 💪
  • ¿Qué tipo de ejercicios y evaluaciones se utilizaron en su programa de rehabilitación? 🏋️‍♀️
  • ¿Cómo se logró mejorar la fuerza y la función de los isquiotibiales lesionados? 📈
  • ¿Cuáles fueron los resultados finales de este enfoque de rehabilitación? 🏅
  • ¿Qué nos enseña este caso sobre la rehabilitación de lesiones deportivas y la optimización del rendimiento? 💡

Contexto y Evaluación Inicial

Un jugador de balonmano masculino se rompió el tendón de las isquiotibiales 18 semanas antes de los Juegos Olímpicos. Para aumentar las posibilidades de competir, decidió adoptar una estrategia conservadora en lugar de una cirugía reconstructiva, lo que implicó que su proceso de rehabilitación estuviera enfocado en reducir el riesgo de sobrecargar su rodilla lesionada, mientras mejoraba la fuerza y ​​la función de los músculos de la parte posterior del muslo. Esto se debía a que la coactivación de los isquiotibiales mediales puede ayudar a reducir la tensión sobre el LCA al generar un «cajón posterior» en la tibia, lo que proporciona estabilidad a la articulación de la rodilla.

Para evaluar su capacidad de tolerar las cargas elevadas y la fuerza excéntrica en los isquiotibiales, se utilizó un enfoque jerárquico de evaluación. Estas pruebas incluyeron:

  • Un puente isquiotibial con una sola pierna (rodilla flexionada a 20°) para medir la tolerancia de carga.
  • Una evaluación isocinética para examinar la capacidad de generar torque excéntrico en los isquiotibiales.
  • Registros de activación muscular mediante electromiografía (EMG) para analizar la tasa de desarrollo de la fuerza de los isquiotibiales mediales durante movimientos funcionales como saltos y aterrizajes.

Intervenciones y Protocolos de Rehabilitación

Una vez realizada la evaluación inicial, se estructuró el programa de rehabilitación con el fin de fortalecer y reactivar los músculos isquiotibiales del jugador. Se adoptó una serie de enfoques progresivos:

Fase Inicial: Trabajo de Fuerza

El jugador comenzó con ejercicios que favorecían la activación muscular de los isquiotibiales sin sobrecargar la rodilla. Se emplearon:

  • Ejercicios excéntricos de bajo impacto para fortalecer la musculatura isquiotibial sin aumentar el riesgo de lesión. Estos ejercicios involucraban movimientos controlados y de baja velocidad, como el uso de peso muerto con postura de sumo y balanceos con pesas rusas con piernas rígidas, con el objetivo de aumentar la hipertrofia muscular.
  • Se utilizó un régimen de trabajo de fuerza con cargas pesadas y repeticiones bajas para estimular el proceso de adaptación neuronal y estructural. El objetivo de esta fase era inducir cambios en la fuerza excéntrica y corregir cualquier déficit de activación muscular en los isquiotibiales.

Fase de Desarrollo de Fuerza Excéntrica

Para aumentar la capacidad excéntrica de los isquiotibiales, se emplearon curl de isquiotibiales con una pierna y movimientos funcionales que involucraban la activación explosiva de los músculos en tareas de menor impacto como saltos de baja altura y cambios rápidos de dirección. A través de esta fase, se logró mejorar la fuerza excéntrica y la preactivación muscular antes del impacto en ejercicios de aterrizaje no anticipado.

Fase de Entrenamiento de Alta Intensidad

Se implementaron saltos multidireccionales y trabajos de pliometría para mejorar la respuesta rápida de los isquiotibiales. Estos ejercicios aumentan la tasa de desarrollo de fuerza, ya que se requerirá que el deportista produzca más fuerza en un período más corto de tiempo. Además, estos ejercicios también mejoraron la habilidad de aterrizaje controlado, lo cual es crucial para reducir el estrés sobre el LCA y prevenir lesiones futuras.

Resultados y Evaluación Final

Después de tres semanas de entrenamiento intensivo, el jugador experimentó una mejora significativa en su capacidad de desarrollar fuerza excéntrica y en la activación temprana de los isquiotibiales mediales. La evaluación final mostró que el jugador era ahora capaz de generar una activación más rápida y potente de los isquiotibiales durante actividades funcionales como los aterrizajes y saltos, lo que indicó una restauración parcial de la función protectora de los isquiotibiales sobre el LCA.

El proceso de rehabilitación también incluyó una evaluación continua de la tolerancia a la carga mediante el puente de isquiotibiales, donde el deportista pasó de mantener la posición durante 35 segundos en la primera semana a más de 2 minutos en la cuarta semana. Este aumento en la tolerancia a la carga permitió avanzar hacia ejercicios más exigentes y, finalmente, hacia movimientos deportivos de mayor demanda biomecánica.

Conclusiones

El enfoque jerárquico y progresivo de la rehabilitación, que comenzó con evaluaciones sencillas y avanzó hacia ejercicios más complejos y exigentes, permitió que el jugador no solo mejorara su capacidad de fuerza excéntrica, sino que también restaurara su confianza en la rodilla lesionada. A lo largo de la rehabilitación, se priorizó la mejora de la coactivación de los isquiotibiales para proteger la articulación de la rodilla durante los movimientos de alta demanda, como los aterrizajes, y así reducir el riesgo de nuevas lesiones.

Este caso subraya la importancia de un enfoque personalizado y bien estructurado para la rehabilitación de lesiones del LCA, en el que la evaluación precisa de la fuerza, la tasa de desarrollo de la fuerza y ​​la activación muscular son fundamentales para la recuperación exitosa de los deportistas.

Oportunidad para desarrollar un rendimiento competitivo

Cuando un deportista se lesiona, el preparador físico debe tener en cuenta el rendimiento. Es imperativo que los deportistas mantengan cualquier entrenamiento específico del deporte que puedan realizar físicamente, y se pueden utilizar otras modalidades de entrenamiento para mantener las cualidades físicas. Se pueden utilizar herramientas como la sesión de RPE para monitorizar la carga de entrenamiento para garantizar que los deportistas mantengan la carga de entrenamiento total y que haya una progresión gradual hacia el entrenamiento específico del deporte para garantizar que no se sobrepasen. Debido a los horarios de competición ocupados y las demandas y presiones que pueden entrar en conflicto con el entrenamiento, a veces los deportistas nunca tienen la oportunidad de desarrollar verdaderamente cualidades físicas que limitan su rendimiento.

El preparador físico puede contribuir a la rehabilitación trabajando con el resto del equipo de apoyo para establecer criterios claros de progresión basados en la demanda biomecánica de las actividades a las que el deportista necesita regresar. Seguidamente, pueden trabajar con el equipo para implementar las intervenciones de entrenamiento adecuadas para garantizar que el deportista cumpla con estos criterios. La rehabilitación también es una excelente oportunidad para que el preparador físico entrene a un deportista para mejorar su rendimiento físico.

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