Esto, precisamente, ha impulsado a investigar sobre qué tejidos están inervados y son candidatos a ser generadores de dolor. Los especialistas en biomecánica argumentan con frecuencia que esto puede ser irrelevante porque una columna cuya biomecánica se encuentra alterada también presenta un estrés tisular alterado. Por lo tanto, un tejido dañado podría generar una sobrecarga en otro tejido, causando dolor, incluso si el tejido dañado está inervado o no.
