1. ¿QUÉ DICE LA EVIDENCIA?

Se observa un alto porcentaje de satisfacción tras la realización de clases de Escuela de Espalda (un 96% afirman Pinedo, Erazo y Betolaza, 2006).
«ASISTIENDO A ESCUELA DE ESPALDA SE PUEDE CONTRIBUIR A DISMINUIR EL DOLOR INESPECÍFICO DE ESPALDA, MODIFICAR LA CONDUCTA ANTE EL DOLOR, OPTIMIZAR LA CAPACIDAD FUNCIONAL Y MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA»
Pinedo, Erazo y Betolaza, 2006; Chumillas, Peñalver, Moreno y Mora, 2003; Jordá Llona et al., 2014.
Por ejemplo, en un estudio de Pinedo, Erazo y Betolaza (2006), un 80 % de los sujetos tenían antecedente de lumbalgia previa. El 96 % de estos confirman estar muy satisfechos tras su paso por la Escuela de Espalda, mostrando un cambio de actitud ante el dolor y mejora en la calidad de vida.
Por otro lado, Chumillas, Peñalver, Moreno y Mora (2003) aclararon en su estudio que a lo largo del período de seguimiento en clases de Escuela de Espalda, se consiguió mejorar los síntomas «subjetivos» y disminuir de esta manera el consumo de recursos sanitarios en alrededor del 50 % de los sujetos. También se obtuvo una mejora de la capacidad funcional en un porcentaje similar y ayudó a modificar la conducta ante el dolor en más de dos tercios de los participantes.
Datos extraídos por Bigorda-Sague (2012), confirman que un 75% mostró mejoría al finalizar el tratamiento y el 66% continuó con menos dolor a los 3 meses. La satisfacción y la opinión subjetiva de utilidad del tratamiento fueron valoradas positivamente por más del 90% de los usuarios. Dos tercios de los participantes realizaban los ejercicios en el domicilio un mínimo de una vez a la semana y en un 86% aplicaban «siempre» o «casi siempre» las recomendaciones de higiene postural.
«UN PROGRAMA ADECUADO DE ESCUELA DE ESPALDA SE MUESTRA EFECTIVO EN EL TRATAMIENTO DE DOLOR LUMBAR INESPECÍFICO»
Bigorda-Sague, 2012.