5. LA VALORACIÓN INICIAL

Antes de iniciarse en una actividad (en este caso, Escuela de Espalda), es muy conveniente valorar la postura del evaluado (comprobando si se detecta alguna alteración en la propia actitud postural que adopte la persona) y determinados patrones de movimiento. La evolución juega una mala pasada en contra de nuestra posición idónea o natural. El propio Janda ya lo advirtió en su momento: “Nos estropeamos todos de una manera predecible”. Piensa, por ejemplo, en la disposición que adopta el ser humano sobre la columna cervical a la hora de escribir un mensaje por el móvil o el simple hecho de encontrarse ante un portátil o Tablet (¿cuántas veces a lo largo del día? ¿Cuánto tiempo?).

Si bien, es casi inevitable hacer uso de las tecnologías que causan estos problemas, las personas deben hacer un esfuerzo considerable para mantener la columna neutra a la hora de utilizar estos aparatos con el fin de evitar el encorvamiento habitual al que nos vemos sometidos.

Veamos algunos ejemplos de posibles valoraciones de especial relevancia:

TEST DE HIP ROCKING: en esta prueba se comprueba la transferencia de la pelvis en movimientos anteroposteriores de la cadera manteniendo las curvaturas naturales de la columna.

En el ejemplo de la foto, podemos ver como se usa como herramienta de referencia un foam roller de 91 cm (se puede usar también una pica). El objetivo consiste en buscar la máxima horizontalidad del cilindro garantizando de esta manera una óptima posición de nuestra columna y cadera. Si vemos que el rulo se cae hacia atrás, significará que la columna se flexiona (redondea); si el foam roller se tuerce, será porque la cadera está rotada.

ANKLE TEST: la valoración de la flexión dorsal del tobillo puede ser interesante, pues una restricción en la movilidad de este puede no solo generar una mayor tensión en las rodillas o un mayor riesgo de sufrir esguinces, sino también obligar a la columna a flexionar en mayor medida en patrones de movimiento como el levantamiento o sentadilla.

En personas mayores con flexión dorsal reducida, se puede condicionar el equilibrio (Mecagni, Smith, Roberts, & O’Sullivan, 2000), por lo que se hace imprescindible la activación y trabajo de fuerza de los flexores de los dedos, así como la mejora en la dorsiflexión de tobillo.


TEST DE SENTADILLA: un patrón de movimiento muy repetitivo en las acciones de la vida diaria, en el que si no se presta especial atención a la ejecución técnica, podrá convertirse en uno de los desencadenantes (junto a la inclinación del tronco) del dolor de espalda.

Centrarse en la técnica de sentarse buscando una proyección posterior de la cadera, imaginándose un pequeño taburete detrás. 

TEST DE INCLINACIÓN DEL TRONCO: un patrón también tradicional cuya complejidad reside en aprender a disociar el movimiento de la cadera manteniendo estable la columna lumbar y respetando las curvaturas naturales de la espalda.

En esta prueba se comprueba la acción de inclinarse hacia delante sin que se vea apenas la involucración de la espalda baja.